RESEÑA: LAS ENSEÑANZAS DE DON JUAN
RESEÑA:
LAS ENSEÑANZAS DE DON JUAN
Por Carlos Castaneda
Reseñar este libro es un poco
complejo porque al terminarlo, uno inevitablemente cae en la cuestión de si se
trata de una obra de literatura fantástica (que yo, personalmente catalogaría
de inmediato como realismo fantástico) o un tratado de antropología. Uno (en
medio de su infinita ignorancia del tema) podría arriesgarse a decir que lo uno
no desvirtúa lo otro, pero si aceptamos esto último como la descripción última
del libro, se encuentra con dos formas de ver este trabajo.
Primero, como obra de literatura
corriente, la segunda parte mata por completo cualquier sensación fantástica
que sabe sembrar muy bien la primera parte. De hecho, en la primera mitad del
libro uno asiste a la creación de un universo rico en posibilidades, dada la
predisposición natural que Carlos Castaneda tiene para describir los estados
oníricos inducidos por el uso de psicotrópicos. las vivencias, momentos y
experiencias son ricas en descripción y matices y hace tener una clara visión
de lo que sucede en un mundo aparentemente caótico, pero lleno de sensaciones y
visiones. Como argumento fundamental que tengo para resaltar mi punto positivo
de la primera parte era la constante interrelación que Don Juan hacía de las
experiencias con los aliados y Mezcalito con vivencias cotidianas que dejan
mensajes poderosos y muy personales que aplican en cualquier sentido de la vida
(excepto en el clarísimo machismo rampante que este personaje nos apuntaba en
muchísimas ocasiones y que en los tiempos más modernos queda totalmente sin
fundamento). Sin embargo, como ya dije, en la segunda parte al intentar
realizar un análisis antropológico de los hechos ocurridos en los relatos
iniciales, la magia se esfuma y te quedas viendo un conglomerado de sensaciones
que va desde la aburrición hasta la apatía: Carlos Castaneda se encarga de
asesinar cualquier resquicio de valoración literaria de su propia obra con esta
segunda parte.
La segunda forma de ver este trabajo es desde el punto de
vista antropológico, de lo que me tengo que cuidar muchísimo al hablar porque
de ello no conozco nada. Sin embargo, por medio de la conversación con personas
mucho más versadas en el asunto, puedo compartir que en esta segunda visión
también hay un fallo enorme porque es precisamente la primera parte la que
termina desvirtuando la segunda: es imposible tener un rigor investigativo
contundente cuando documentas tus sensaciones individuales en algo tan poco
objetivo como son los estados desencadenados por substancias. Los detractores más
férreos de este libro como fuente de conocimiento basado en la ciencia,
critican que el señor Castaneda no estudiara desde afuera el efecto no
biológico (interior) sino social (exterior) de los rituales que se describen
desde un punto de vista ajeno y por lo tanto objetivo. Sin embargo, desde el punto
de vista de conocimiento espiritual, podría decirse que la obra está bien
cargada de argumentos, unos muy realistas y en otros planos que hacen de este
un buen libro, en mi criterio.
¿Me gustó? definitivamente sí.
Aunque hubiera sido, desde mi punto de vista, mucho mejor si se dejaba aparte
el rigor de la segunda mitad y se hubiese concentrado en describir por más
tiempo las experiencias y anécdotas ya no desde una documentación sino desde
una experiencia de vida y del alma.




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