RESEÑA: MERIDIANO DE SANGRE, POR CORMAC McCARTHY
RESEÑA:
Meridiano de sangre
Por Cormac McCarthy
Y así, mi yo más inocente había optado con una lectura un
poco más liviana, luego de algunas lecturas bastante profundas y desafiantes
desde el punto de vista intelectual. Así que tomé una mirada en mi lista
creciente de obras por leer y decidí darle una oportunidad a un western y entre
ellos específicamente a Meridiano de Sangre, que me parecía simpático por el
nombre; "imagino que debe estar cargado de escenas de tiroteos y acción
entre vaqueros e indios, asaltos a trenes, pueblos endemoniados con personajes
que de un tiro le quitarían una mosca al sombrero del maleante de turno sin
siquiera levantar el revólver y.... sangre en los duelos. Mucha sangre... mucha
sangre... y..." (Suspiro)
No pude haber estado más equivocado. ¡Oh! pobre de mi infantil
vida.
Meridiano de sangre se cuenta entre las novelas más icónicas
de la escritura estadounidense, siendo el señor Cormac McCarthy comparado en
muchos aspectos con grandes tales como Hemingway y siendo el libro que acabo de
leer su obra maestra. Su composición, su prosa, su historia, su significado es
un trabajo que podría quedarse grande para ser encasillado en un término tan
vacuo como el de "Western". Para mí, la lectura de este libro abrió
el polvoriento cobre de mi top de libros más importantes que he leído y mis
favoritos, y desde ya estoy programando una relectura urgente debido a la
sensación de incomprensión con la que terminé al cerrar la pagina 400 de este
pedazotote de libro.
En primer lugar debo aclarar que este libro (para mí) no es
western propiamente dicho; western es Warlock de Oakley Hall, western es el
banquete celestial de Donald Ray Pollock, western es Los hermanos Sisters de
Patrick DeWitt. Para mí Meridiano de sangre es una novela sicológica ambientada
en el oeste. Cae dentro de la clasificación de alegoría porque lo importante no
es el ambiente en el que ocurren los hechos sino los personajes y el mensaje
que el señor McCarthy quiere transmitir. De hecho, para mí cae bastante dentro
del clásico ya Grimdark, obviando que aquí obviamente no hay magia, pero
¡Mierda, si este libro no te recuerda mucho a Mark Lawrence y al señor George
RR Martin!
Muy al estilo de "El señor de las moscas" el autor
nos invita a descubrir un mundo western muy bellamente recreado, en donde los
personajes representan facetas humanas claras que te invitan a ti como lector a
tratar de entender la naturaleza de la violencia y de cómo algunas personas
intentan vivirla y sobrevivirla (así como lo describí en mi reseña del señor de
las moscas) solo que esta vez el autor no acude a ningún papel heroico para el
desenvolvimiento de las acción. Aquí todos son culpables, aquí no hay víctimas
y todos merecen morir (incluso el chico) y eso me parece genial de esta novela.
El grado de violencia que se muestra en este trabajo es
brutal. El título de "Meridiano de sangre" se queda cortísimo para lo
que hay encerradas en esas 400 páginas de pura brutalidad y pocas aberraciones
se quedan al margen: Amputaciones, deformidades, masacres, pedofilia,
violaciones, canibalismo, linchamientos, desmembramientos, asesinatos y más
asesinatos. Esta novela no procura por hacerte sentir bien en ningún caso, pero
si te asegura una reflexión profunda del aspecto fundamental que creo, motivó
al señor McCarthy a escribirla: el holocausto y sus consecuencias. Todo
magistralmente desarrollado a través de la creación del mejor personaje villano
que he leído hasta el día de hoy: El juez Holden.
Resulta que nuestro autor supuso que tratar de explicarnos su
punto de vista de lo que el holocausto y la barbarie significan para la
humanidad y ¡SAS! se inventa a la personificación de la maldad, desviación y
crueldad hecha hombre… y a la vez la mejor fuente de filosofía y raciocinio que
una novela podría tener. El Juez Holden te explica a ti, el lector, de la
utilidad que tiene la violencia desatada contra tu enemigo, de la profundidad
intelectual que adquieres como persona cuando te empeñas en la guerra (a la
cual él mismo la llama “Dios”), a la conveniencia del uso de la premisa de “el
enemigo de mi enemigo puede ser mi amigo”.
Uno lee al juez Holden y sabe lo equivocado que está, lo
necio de las palabras que salen de sus pensamientos, pero Dios si tiene una muy
buena justificación para sus actos más perversos. Este personaje da miedo
básicamente porque ya lo hemos visto actuar en la vida real y es más común de
lo que uno se imagina. Porque el Juez Holden es nada más y nada menos que
cualquiera que piense que por pertenecer a cierto tipo de población, cierta
etnia, cierta forma sociopolítica, cierta creencia basada en la fe,
automáticamente le clasifica a sí mismo como más y a los demás que no comparten
dicha característica como menos.
Todo el libro es un gran trabajo de experiencia sobre la
violencia y la locura que desata el desarrollo del humanismo evolucionario
(como así lo llama el autor Yuval Noah Harari en su libro “De animales a
dioses”) contado en una época en la que quedaba de perlas aprovechar este punto
de vista para poder barrer a los molestos indios americanos en la época de la
expansión colona norte americana. La cosa no quedaba bien solo ahí y dentro de
la misma violencia quedaban mezclados mexicanos y cuanta desventurada alma
tuviera el infortunio de cruzarse con la expendición al mando de la caterva de
mercenarios sin leyes (Glanton y su séquito) y que, en medio de su sed de
sangre y vísceras, era apenas obvio que terminaría atrayendo a un ser tan
torcido como el juez Holden a sus filas.
No puedo ahondar mucho más en conjeturas absolutamente
pobres que mi primera y más superficial lectura pudo haber sacado de este
libro. Hay muchos personajes que se quedan por fuera de este análisis de manera
injusta y que tienen muchísimo qué aportar (tal es el caso del mismo chico o
Glanton o del exsacerdote o de los Jackson o del desenfrenado Brown) y para tal
objetivo lo debo leer de nuevo. Pero desde ya, Meridiano de Sangre es uno de
los pocos libros que superan mi máxima calificación y ascienden por encima de
la inmortalidad en los resquicios de mi librería personal
Calificación: 6/5



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