RESEÑA: EL SEÑOR DE LAS MOSCAS, POR WILLIAM GOLDING
RESEÑA:
El Señor de las Moscas
Por William
Golding
Varias veces he repasado este libro encontrándome siempre con
reflexiones nuevas y ricas en profundidad. El señor Golding nos procuró un trabajo
impecable con una historia que se parece mucho más a una fábula debido a que
nos habla de la animalidad que todos llevamos adentro, del origen del mal e
implícitamente también del “bien”. El señor de las moscas está,
indiscutiblemente, entre el top de los libros que más amo no solo por su
excelentemente bien construida historia, ese mundo tan bien trabajado y el
mensaje que transmite sino, especialmente, por sus personajes; Son oro en polvo,
literalmente hablando. Su construcción se basó en la conjunción de distintas
personalidades que nos podemos encontrar en la cotidianidad de nuestro vivir en
sociedad y que hacen a nuestra especie no solo valiosa por nuestra capacidad de
inteligencia sino precisamente por esa disimilitud que al final de las cuentas
crea sinergia.
En esta reseña me enfocaré en dar la interpretación de mi punto de vista
respecto de la lectura de este libro y de las propias conclusiones de esta obra
que, para mí, es una de las más importantes del siglo pasado. Quiero advertir
que las impresiones aquí redactadas son muy personales y pueden diferir por
completo de la experiencia de lectura ajena y, por lo tanto, carecer de
objetividad. Como siempre uno ve lo que quiere ver y eso es difícil de bajar a
la realidad.
El Poder
El señor de las moscas es un tratado fundamental del poder humano, al
menos de la manera como yo lo interpreto. El libro entero trata de la
explicación de las clases del poder que una sociedad sustenta y de cómo el
mismo ser humano reacciona ante las distintas naturalezas del poder, su
vivencia y supervivencia. Los desencadenantes y las consecuencias implícitos en
la trama se asemejan tanto a la sociedad ordinaria construida por los seres
humanos comunes que a uno le queda difícil pensar que el señor Golding lo único
que quería era contar una aventura genérica del enfrentamiento del “bien” y el “mal”.
Para ello el autor se vale de la herramienta más poderosa que tiene como
escritor de ficción: Los personajes, y en ellos encierra todo el significado de
la sociedad en unos grupos muy definidos.
¿El contexto? Muy sencillo: ¿Qué pasaría si aislamos a un grupo de
individuos en un espacio donde realmente no existe ningún tipo de vicisitud
natural? Es fundamental entender que la isla a la cual se refiere el libro es
un paraíso: agua, comida en abundancia, zona de trabajo, zona de juego,
santuarios… todo a pedir de bocas. ¿De dónde, entonces, surge el conflicto? La respuesta
no puede ser más pesimista: de adentro de los personajes. Aquí es donde el
maestro nos explica cada una de las personalidades y su papel en la trama:
Ralph: Representa el poder del ideal del equilibrio; por y para el pueblo.
Racional y civilizado, aunque no deja de tener equivocaciones (como todo niño).
Cuando yo menciono la palabra “ideal” es porque considero que Ralph fracasa
rotundamente en su objetivo porque no entiende el control que debe ejercer
sobre la naturaleza humana que desvía los propósitos de los principios
acertados. Al comienzo Ralph gana autoridad por edad y por su facilidad en
exposición de la convicción del proceder “adulto”, pero su gran equivocación es
la de no poner freno contundente al antagonista en su carrera por el dominio
del poder sobre la sociedad. Para mí, Ralph representa la incapacidad de
nuestros gobernantes y el fracaso del ámbito político internacional para la unificación
de la humanidad.
Jack: Representa el poder de la contundencia del resultado; la practicidad
del progreso para todos. Egocéntrico pero confiable para sus compañeros, Jack
demuestra que por medio de sus capacidades físicas, es el único que está a la
altura de la fuerza para conseguir carne en la isla. Les demuestra a los demás
integrantes de la sociedad que cualquiera puede ser un Jack sólo si se entregan
por completo al espíritu de la competencia. Al principio acepta a regañadientes
las normas que el equilibrio social intenta inculcar, pero rápidamente
aprovecha las cualidades y defectos de sus compañeros para manipular al grupo y
adquirir el apoyo para obtener el poder. Jack siembra en cada persona del grupo
la semilla del mal alentando sus motivaciones y miedos personales, siendo en sí
la personificación de la disensión.
Piggy: Representa el poder de la utilidad del conocimiento humano; inteligente
pero torpe y poco físico, Piggy (sobrenombre detestado por él mismo e incapaz
de cambiar por su verdadero nombre debido a que carece de la fuerza física y
desviaciones morales para lograrlo) representa la ventaja que se obtiene al
manipular física o moralmente al sujeto dueño de tecnología (el poder hacer
fuego con sus gafas). Piggy está condenado a ser una herramienta de uno u otro bando y perecer
bajo el triunfo de cualquiera de ellas. Moralmente el chico apoya el equilibrio
pero incluso ante el mismo Ralph carece del respeto que tanto necesita.
Simón: Representa el poder del consuelo de la espiritualidad; frágil e
introspectivo pero sumamente humanista. Apoya el equilibro del poder y aborrece
la violencia. Inclusive establece una conexión con la naturaleza en el espacio
que consagra a su santuario de meditación personal dentro de la isla. Simón es
la representación de la búsqueda humana de la verdad del ser por encima de las
realidades sociales más pragmáticas como la lucha por el poder o la misma supervivencia.
Esa búsqueda lo lleva a tratar de responder las preguntas que todos hacen de
los fenómenos que hacen que la sociedad sea proclive al miedo y es precisamente
en una de estas búsquedas que la mayor fatalidad de la obra ocurre con su
muerte. Un punto interesante de este personaje es que todos los integrantes
tienen parte en su asesinato, Jack y Ralph por igual, aunque desde motivos
diferentes. Simón muere con el objetivo (desde mi interpretación) de mostrarnos
que el ser humano sacrifica su parte espiritual, el único poder que nos aleja
del miedo, en la búsqueda de las otras clases de poderes, mas banales y menos trascendentes.
Roger: Representa al poder derivado del odio; cruel y violento Roger por sí
solo no es peligroso, otra cosa sucede cuando otro poder lo desencadena, en
este caso la fuerza llamada Jack, que lo instiga a desenfrenar todo su
potencial destructivo focalizado Ralph. No dejo de pensar que muchas guardias
pretorianas y ejércitos de naciones (y de grupos no estatales) aprovechan la
existencia de muchos Rogers. En “Rebelión en la granja” de George Orwell, los
perros son Roger.
Maurice: Representa el poder derivado de la ignorancia; Violento pero no tan
cruel como Roger, Maurice representa la violencia de las masas derivada de la
instigación de sus dirigentes aprovechando su propia ignorancia. El verdadero
poder de Jack reside en Maurice que muestra al resto de la sociedad en donde
está la verdadera conveniencia.
Sam y Eric: Representan a la ventaja del poder no alienado; dóciles y
protectores uno del otro, los gemelos actúan como si fueran una sola persona y
su único objetivo es la supervivencia de ambos ante la adversidad que significa
el enfrentamiento entre los poderes. Jack sabe que los gemelos de poco sirven
en sus filas con la excepción de aminorar el grupo que sigue el ideal de Ralph.
Los gemelos en principio tienen una buena idea del camino moral a seguir pero
rápidamente cambian de bando con tal de ver a su ser amado sobrevivir, incluso
ayudan a Ralph cuando este está solo, siempre se decantan por el bando ganador.
Yo veo a los gemelos en similitud a la clase social que toma la ideología que
está al mando social con tal de no perder su calidad de vida.
Los niños pequeños: Representan al poder del miedo en las victimas;
la manipulación sobre los prejuicios de la clase más vulnerable crea miedo que
es vital para el ascenso al poder de Jack. En este grupo es el único donde se puede
evidenciar la mentira que monta Jack sobre el grupo ¿Cómo cuestionar a un líder
que lo único que pretende es darle de comer al subgrupo más inútil de todos los
niños? Jack es el salvador, Jack es el héroe, el dadivoso, el único que piensa
de verdad en el más débil. Por eso Jack los acepta, porque sabe que su manipulación
solo tendrá efecto si todas las clases sociales lo pueden endiosar. Aquí radica
la raíz del mal del libro: la mentira, el miedo y la violencia para transformar
a los más débiles en combustible.
Al final todo se sale de madres y Jack se sale con la suya, volviendo
realidad la mentira del monstruo que termina consumiendo cualquier resquicio de
racionalidad que el grupo pudo llegar a tener. En este aspecto el señor Golding
se hace terriblemente pesimista: Nuestra naturaleza hace que todo experimento
social declive en degeneración, muerte y animalidad. Es muy simpático que el
autor solo se le ocurriera una manera de arreglar las cosas; apela a la llegada
de un grupo ajeno a la sociedad, con una madurez perfectamente marcada (los
soldados) y con el armamento y la convicción racional suficiente para detener
la barbarie que allí se estaba dando. Para mí, el señor Golding lo que quiso
decir con ello es que nuestra sociedad no es capaz de lidiar con sus propios
demonios y, posiblemente, la ayuda que necesitemos sea externa.
Por ultimo también cabe resaltar un evento curioso que me pone los pelos
de punta cada vez que pienso en ello: Jack, el dirigente, el poderoso, el
megalómano, el líder, el héroe que daba de comer a sus súbditos más
desafortunados, la personificación de todo aquello que cualquier sociedad no
dudaría tachar ni pasados dos segundos como “progresista” y “beneficioso” para
la humanidad, ese dechado de virtudes no dudó ni un suspiro en arrasar toda la
isla con tal de matar a un solo individuo. Y no dudo que nosotros, en medio de
nuestra ignorancia, concederíamos tal poder a tantos demagogos que seguimos ciegamente,
de un bando y otro, y dejaríamos que todo terminara de la misma manera.
Qué tontos podemos ser.
Debes leer este libro.
Calificación: 6/5




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